Proteger las ballenas con nuestra mejor energía, CUESTE LO QUE CUESTE

Proteger el entorno para llevar la mejor energía a la gente, priorizando a los animales y al medio ambiente sobre cualquier otra cosa. Es nuestro compromiso y lo cumplimos, CUESTE LO QUE CUESTE.

La energía eólica en el mar se ha convertido en una de nuestras apuestas para impulsar las renovables y contribuir a frenar la crisis climática en la que está nuestro planeta. Pero no vale hacerlo a cualquier precio. El respeto al mundo marino es una de las líneas rojas que jamás se van a traspasar.

Ya se vio en el parque eólico marino de Wikinger, un modelo de innovación en Europa que lleva más de un año en marcha dando luz a 350.000 familias alemanas. Cuando se instalaron los 70 molinos de 270 metros de altura en las frías aguas del mar Báltico, tuvimos muy claro que no se iban a escatimar esfuerzos para proteger a los cetáceos de la zona.

Este reto de ingeniería inédito en la industria española se logró sin renunciar a la máxima protección de la fauna marina, igual que hacemos con la terrestre. Al instalar en el fondo del mar las bases de los aerogeneradores, los expertos de nuestra empresa usaron un sistema pionero para mitigar el ruido y evitar así dañar a las ballenas. Se invirtieron nada menos que 40 millones de euros para crear una cortina de burbujas que cuidara a las marsopas y demás cetáceos que deambulan por el Báltico.

 

También en los parques que estamos construyendo en el mar ahora seguimos estos exigentes e irrenunciables criterios. East Anglia One es otro coloso de las renovables, el mayor proyecto en el sector desarrollado nunca por una empresa española, que dará luz limpia a 600.000 casas británicas. Antes de instalar los grandes trípodes (jackets) sobre los que colocamos los molinos para anclarlos al fondo del mar, varios observadores se han trasladado en barcos por la zona velando por el estricto cumplimiento de la normativa medioambiental con los mamíferos acuáticos.

Aquí, a unos 57 kilómetros de la costa británica, en pleno mar del Norte, ya se están instalando las primeras megaturbinas eólicas para aprovechar al máximo los recursos que nos da la naturaleza en una zona de grandes vientos y olas de cuatro metros de altura. Pero siempre muy alerta al paso de cetáceos para protegerlos y cuidarlos de manera prioritaria.

Otro ejemplo es el futuro parque eólico de Vineyard Wind, el primero a gran escala que se instalará en Estados Unidos una vez que se obtengan todos los permisos necesarios, que generará electricidad equivalente al consumo de 400.000 casas en Massachusetts. Entre las primeras medidas adoptadas, destaca la protección de las ballenas, para lo que se han destinado 3 millones de dólares al fondo ‘Wind & Whales’. Ahora se están desarrollando sistemas para monitorizar el ruido frente a la costa, con el fin de alertar a los responsables en cuanto se detecta una ballena en la zona. 

Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio para proteger a la ballena franca del Atlántico Norte, en peligro crítico de extinción (solo quedan 400), durante la construcción y operación de esta futura instalación. Es el resultado de un acuerdo histórico para proteger a este cetáceo firmado entre Vineyard Wind, la Conservation Law Foundation, el Natural Resources Defense Council y la National Wildlife Federation. Otro compromiso clave es instalar los molinos en épocas en las que las ballenas francas del Atlántico Norte no se encuentren cerca e implementar medidas para reducir el ruido submarino durante la instalación de los cimientos

Producir energía renovable es 100% compatible con la protección de las ballenas, pero para ello es necesario invertir en innovación y en medidas para evitar que los animales sufran ningún daño. La inversión económica necesaria encarece el proyecto, pero NO IMPORTA, porque hay cosas que están por encima del tiempo y del dinero, y una de ellas es el respeto a los animales y al medio ambiente.

¡PRIORICEMOS TODOS SIEMPRE LA SOSTENIBILIDAD! Luchemos por un planeta mejor.

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