“Cero” no suele ser un número que la gente se esfuerce por conseguir como objetivo. Pero he conocido su valor a través de mis modestos esfuerzos como voluntario en nombre de ZERO – El Fin del Cáncer de Próstata (zerocancer.org).
Me llamo Jerry Crescenti y el cáncer de próstata es algo con lo que lamentablemente estoy familiarizado. Hace un año, a los 47 años de edad, a mi hermano Peter le diagnosticaron este tipo de cáncer y mis dos tíos y mi suegro también han padecido la enfermedad. Afortunadamente, a todos se les detectó a tiempo y han sobrevivido.
Estas experiencias realmente me han concienciado sobre la lucha contra este cáncer, que a menudo es mortal, y, tras la petición de Peter, he participado en un equipo de relevos en la prueba anual Hood to Coast Run para recaudar fondos y concienciar a otros de esta terrible enfermedad.
Como nos sucede a muchos, las exigencias profesionales y personales son bastante duras y no dispongo de mucho tiempo libre. Tengo un trabajo que me exige hacer malabarismos como director de Meteorología en Iberdrola Renewables USA. Me mantengo al corriente de la actualidad y contribuyo a mi campo a través de diversas organizaciones profesionales. Por ello, apenas dispongo de momentos que dedicar a mi esposa, mi hijo y mi hija.
Pero, en este caso, era mi hermano quien me lo pedía y, como científico, los datos acerca del cáncer de próstata me parecen demasiado importantes. Aproximadamente a uno de cada seis hombres le diagnosticarán esta dolencia durante su vida y cada año se detectan 240.000 nuevos casos. Lamentablemente, unos 34.000 hombres sucumbirán a esta enfermedad cada año, dado que es la segunda causa principal de muerte por cáncer entre los hombres de Estados Unidos, después del cáncer de pulmón.
La primera etapa de la carrera de relevos más larga del mundo se inició el 24 de agosto de 2012 en Timberline Lodge, en la ladera sur del Monte Hood, con una elevación de unos 1.800 metros sobre el nivel del mar, y terminó al día siguiente en el Océano Pacífico, en la comunidad costera de Seaside, en el estado de Oregón. En su tercera década de existencia y con una participación de más de 12.000 corredores, es una prueba muy conocida en la zona noroccidental de Estados Unidos donde vivimos, además de una carrera que solo se presenta una vez en la vida.
Nuestro equipo estaba formado por 12 personas: David Uhl, Teresa Antonoplos, Anthony Buri, Allison Scanlin, Eleanor Wakefield, Julia Tierney, Alan Eaton, Susie Greenebaum, Stephen Crescenti (mi hermana pequeña), Julia Steinberger y Peter Crescenti (mi hermano), además de yo mismo.
Este año, la carrera de 199 millas tuvo un componente especial. Añadimos dos millas adicionales, hasta un total de nueve, durante mi segunda etapa de relevos, debido a un incendio que se produjo en la ruta habitual de la carrera. Me sentí orgulloso de nuestro equipo cuando cruzamos la línea de llegada con un respetable tiempo de 31 horas y 2 minutos.
Mi hermano Peter, que superó el cáncer de próstata sometiéndose a una prostatectomía radical justo 12 meses antes de la carrera, tuvo el honor de ser el “hombre clave” de nuestro equipo, quien corre la última etapa del relevo y es, por tanto, el miembro del equipo que realmente cruza la línea de meta. Lo hizo en compañía de todos nosotros, una tradición entre los corredores que participan en este tipo de pruebas, y un final especialmente conmovedor dadas las razones por las que estábamos allí.
Los correos electrónicos que nuestro equipo envió en primavera recaudaron más de 13.000 dólares en donativos de numerosos partidarios maravillosos, incluida Iberdrola Renewables. Esas contribuciones se destinarán a concienciar a la gente sobre el cáncer de próstata, ofrecer pruebas gratuitas a hombres en Estados Unidos y promover la investigación de vanguardia para encontrar una cura. Nuestro objetivo último es crear un legado vital para nuestros hijos y nietos, la primera generación de hombres libres del cáncer de próstata: la Generación ZERO.