Cada vez son más los que se suman a las ventajas del autoconsumo. Y no solo en el ámbito industrial o el agrícola, sino en el de viviendas particulares y edificios. Los paneles solares se están convirtiendo en un elemento más del paisaje sobre las azoteas y tejados de las casas.
El ahorro, en esta ocasión, cae del cielo. “Conectándose” al sol, las empresas reducen hasta un 70% su factura eléctrica y, en torno al 40% en casas particulares. Todo esto, a la vez que cuidas y proteges el medio ambiente, reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Además, con el Plan Solar de Iberdrola, si no usas toda la energía que produces y la viertes a la red, recibes una compensación económica, valorando esos excedentes a un precio fijo de 0,051€/kWh. Si bien antes el motivo principal por el que se decidían a instalar el autoconsumo era una cuestión 100% medioambiental y ecológica, ahora el ahorro se suma con fuerza.
El autoconsumo en auge
El crecimiento del autoconsumo en los últimos años ha sido lento, pero, ha sido impulsado por la pandemia. Paradójicamente, las familias han ahorrado y han decidido invertirlo en su casa, donde pasan gran parte del tiempo. Según la Unión Española Fotovoltaica (Unef), se ha instalado en España en 2020 un 30% más de potencia fotovoltaica que el año anterior.
El retorno de la inversión inicial que requiere la instalación de paneles solares ronda los ocho años en el caso de instalaciones de autoconsumo doméstico, mientras que, en las empresas, la recuperación se reduce a unos cuatro años.
Una solución inteligente por la que apostar, ya que la vida útil se sitúa alrededor de los 30 años. Genera tu propia energía y cuida del medio ambiente para dejar un futuro mejor a tus hijos.