Cualquier ubicación con viento valdría. Pues no es así. Para elegir el lugar donde instalar un parque eólico hay que tener en cuenta muchos factores en un proceso muy complejo en el que se unen el máximo respeto al entorno, aprovechar toda la energía del viento y numerosos cálculos para que la energía renovable dé su mayor potencial y se integre en la naturaleza. La innovación es un gran aliado para conseguirlo y el resultado de ello es: LiDAR.
Lo primero que hay que descartar es que el lugar elegido no tenga restricciones medioambientales, no esté cerca de un núcleo de población, no interrumpa infraestructuras de transporte como carreteras o vías de tren, cumpla la distancia a las líneas de alta tensión, cuente con acceso a una conexión a la red cercana…
Una vez estudiado todo lo anterior, la posible ubicación entra en un proceso de evaluación llamado Greenfield eólico, donde se establece una superposición de distintas capas de información sobre un atlas teórico de viento. ¿Qué zonas pueden ser apropiadas para un parque eólico? Aquellas con velocidades de viento anuales por encima de los 6 m/s aproximadamente a 80 metros de altura.
Y… ¿cómo saber cuánto viento hace a esa altura?
Hasta hace poco, era un dato que aportaban las torres meteorológicas, gigantes de acero con una altura de entre 80 y 120 metros, donde se instalaban sensores meteorológicos a distintas alturas para conocer la velocidad del viento a la altura de buje, la dirección principal y la densidad del aire.
Gracias al avance de la tecnología, ahora en Iberdrola utilizamos LiDAR, un sistema remoto de medición que funciona emitiendo pulsos con un láser vertical de alta frecuencia que, al rebotar en los aerosoles contenidos en el aire y basándose en el principio del efecto Doppler, es capaz de medir la velocidad y dirección del viento a alturas entre 40 y 300 metros.
Ventajas de LiDAR
Las ventajas de esta tecnología frente a la medición clásica con torres meteorológicas son muchas:
- Evitan los riesgos de trabajo en altura, ya que las estaciones meteorológicas requieren trabajos manuales.
- Menor impacto medioambiental y visual.
- Reducen el tiempo de tramitación para iniciar la medición en cada punto.
- Disminuyen el coste de la campaña de medidas: el suministro e instalación de un LiDAR es equivalente a 2 torres de medición de 80 metros.
- Permiten obtener mediciones hasta 300 metros de altura.
- Las medidas cumplen la normativa IEC y las normas de certificadores y tecnólogos.
Como ejemplo: para un proyecto eólico de 100 MW, donde lo normal sería instalar cuatro torres de 100 metros durante al menos 12 meses, con esta nueva tecnología se reduce a montar una torre y situar el LiDAR en tres o más puntos durante tres meses.
La apuesta por la innovación en la medición del viento nos permite ser más eficientes y más respetuosos si cabe con el medio ambiente, avanzando en nuestro objetivo de impulsar la energía sostenible y autóctona con la que ganamos todos.