El mundo avanza y nosotros con él, con una visión de futuro para impulsar la transición energética en un contexto muy difícil. Ante la doble crisis climática y energética que vivimos en la actualidad, lo tenemos claro: contribuir con SOLUCIONES para asegurar el porvenir.
Nuestra estrategia para los próximos años es clara y se centra en la energía sostenible y autóctona, lo que implica electrificar la economía, con más renovables, más redes, más almacenamiento y más hidrógeno verde. Esto redundará en una mayor autosuficiencia energética, además de contribuir a reducir las emisiones, al desarrollo industrial y a tener unos precios asequibles.
Pero basta ya de palabras: invertiremos la cifra récord de 47.000 millones € entre 2023 y 2025 para conseguir estos objetivos y nuestras palancas de crecimiento se resumen en un decálogo con las claves para impulsar la energía del futuro:
- Más redes: necesitamos impulsar la construcción y mejora de las infraestructuras de distribución para llevar la energía verde a su destino final y dar el mejor servicio a las personas. Para nosotros, las redes son la columna vertebral de la integración de la nueva capacidad renovable y permitirán implantar nuevas soluciones y servicios. Con las inversiones de 27.000 millones € previstas en esta área, nos aseguramos marcos predecibles y protección frente a la incertidumbre macroeconómica. Este compromiso nos permitirá alcanzar una base de activos regulados de 56.000 millones € en 2025, lo que supone un crecimiento del 44%.
- Más renovables: destinaremos 17.000 millones € a nuevas instalaciones para dar energía limpia a la sociedad. Para ello, nos enfocaremos en proyectos asegurados y de alta calidad. De esta cifra, la eólica terrestre acaparará el 25% de la inversión, la fotovoltaica un 24%, la hidráulica, un 2% y las baterías, un 3%. Como resultado, incrementaremos en 12.100 megavatios (MW) la capacidad instalada renovable, hasta alcanzar los 52.000 MW en 2025, con 3.100 MW de eólica terrestre, 6.300 MW de fotovoltaica, 1.800 MW de offshore, 700 MW de baterías y 200 MW de hidroeléctrica.
- Más eólica en el mar: una tecnología con gran potencial, a la que destinaremos un 46% de los 17.000 millones € de inversión en renovables, que se centrará en los proyectos en desarrollo Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Hace dos décadas, fuimos pioneros en energía eólica terrestre y, ahora, también lo somos en eólica marina. Durante 2021, se ha consolidado como uno de los mayores vectores de crecimiento, con cuatro parques en funcionamiento (1.258 MW) y 5.500 MW en construcción o asegurados con contratos a largo plazo, que entrarán en operación antes de 2027.
- Más almacenamiento: la instalación de baterías y de nuevas centrales de bombeo en nuestras plantas hidroeléctricas también es clave para los próximos años. Y es que almacenar la energía ya no tiene por qué ser una utopía, dado que tenemos la tecnología y los conocimientos para avanzar en este ámbito. La hidroeléctrica de bombeo merece un capítulo aparte, ya que es el sistema más eficiente para almacenar grandes cantidades de energía y usarla cuando más se necesite. Nuestra idea es contar con una capacidad de almacenamiento equivalente al suministro de 24 millones de hogares durante 12 horas. También las baterías jugarán un papel relevante para mejorar la integración de la generación renovable en aquellos países sin centrales hidroeléctricas.
- Más hidrógeno verde: fundamental para la transición energética de la industria y transporte. Y es que en Iberdrola también queremos prestar un servicio a otros sectores que tienen difícil su descarbonización, ayudándoles a ser más sostenibles. Parte de la industria, cada vez más consciente de los efectos del cambio climático, trabaja desde hace años para mejorar su huella en el planeta y para ello hemos creado el concepto ETaaS (Energy Transition as a Service) que abarca todos aquellos servicios energéticos que ayudarán a las empresas a reducir su huella de carbono. Y ahí es fundamental incorporar el hidrógeno verde en los procesos industriales, lo que abre la puerta a una producción más sostenible. Es una fuente de energía limpia que solo emite vapor de agua y no deja residuos en el aire, a diferencia del carbón y el petróleo.
- Más globales: Iberdrola, primera empresa energética de Europa, ya es una multinacional consolidada, con presencia en decenas de países de todo el mundo. Pero no nos conformamos: seguiremos impulsando la expansión por nuevos mercados en Europa, América y Asia-Pacífico. De los 47.000 millones € de inversión, un 80% se destinará a países con calificación A, con marcos regulatorios estables y ambiciosos objetivos de electrificación. Estados Unidos será el principal mercado de expansión para los próximos tres años, seguido por Reino Unido. Además, Iberdrola impulsa la diversificación geográfica en países como Alemania, Francia y Australia, a los que destinará el 13% de la inversión total. Y todo ello sin olvidarnos de nuestro país, donde seguiremos contribuyendo al crecimiento económico con unas inversiones de 6.000 millones € en tres años, con lo que generaremos un empleo directo e indirecto de 85.000 personas para 2025.
- Más compras: apoyaremos a nuestros proveedores clave con unas adquisiciones de bienes y servicios en torno a 15.000 millones € anuales, colaborando siempre con empresas locales. Esto permitirá el mantenimiento de al menos 500.000 puestos de trabajo en estas compañías. Y es que estamos muy orgullosos del efecto tractor que ejercemos en las comunidades y en el tejido industrial de los países donde estamos presentes.
- Más soluciones inteligentes para las personas: queremos dar un valor añadido a nuestros clientes, sean personas o industrias. Para las empresas, ofrecemos planes de descarbonización mediante la climatización o el hidrógeno verde. Para los clientes, las propuestas se centran en el autoconsumo solar, la movilidad eléctrica y la climatización verde, con las que queremos dar respuesta a las peticiones de la gente y acercarnos a sus necesidades. En concreto, el objetivo es incrementar un 20% los puntos de recarga para coches eléctricos en España a 2025, transformando totalmente el sector del transporte. En autoconsumo, queremos multiplicar por 4,5 las instalaciones fotovoltaicas, hasta conseguir 1.100 MW solo en España.
- Más empleo: la creación de empleos verdes es una necesidad, lo que conllevará consecuencias positivas para el conjunto de la sociedad, al ser trabajos especializados y bien remunerados. En Iberdrola queremos que nuestro plan sea un catalizador para la creación de empleo y prevemos incorporar a 12.000 personas hasta 2025. Además, el objetivo es que nuestras compras e inversiones sigan actuando como motor de empleo, con el fin de lograr la cifra de 500.000 puestos de trabajo entre los suministradores, de los que más de 85.000 estarán en España.
- Menos emisiones contaminantes: somos una de las empresas energéticas con menores emisiones gracias a la apuesta centenaria por la electricidad limpia. Sin embargo, no nos conformamos y queremos seguir siendo un agente activo en la lucha contra el cambio climático. El objetivo de nuestro ambicioso Plan de Acción Climática es ser neutros en carbono para 2030 en las centrales de generación y consumos propios, y en todas las actividades para 2040. Además, en Iberdrola tendremos un impacto neto positivo en la biodiversidad en 2030, para lo que, entre otras medidas, impulsaremos la plantación de 20 millones de árboles.
Nuestro presidente ejecutivo, Ignacio Galán, lo tiene claro: “La situación actual del sector es una oportunidad para que Iberdrola pueda seguir contribuyendo a la autosuficiencia y la descarbonización en los países en los que estamos presentes y por eso vamos a invertir la cifra récord de 47.000 millones de euros en tres años”.
Y en ello estamos. Tenemos la estrategia, la capacidad, la tecnología, la experiencia y el mejor equipo para lograrlo. ¡Seguiremos impulsando la energía del futuro para construir un mundo mejor para todos!