Frenar el cambio climático liderando la transición energética mundial es uno de nuestros compromisos. Pero esa transición no solo es a través de la instalación de nuevas tecnologías limpias, sino que también conlleva dejar atrás las fuentes contaminantes, como el carbón, tan necesario durante décadas, pero al que ya hemos renunciado y que hoy es parte de nuestro pasado.
La voladura de la torre de refrigeración de la térmica palentina de Velilla del Río Carrión es un paso simbólico, pero de gigante, en la transformación energética de nuestro país hacia una economía verde, competitiva y sostenible. Desde 2001, hemos clausurado 17 centrales térmicas de carbón y fueloil en el mundo; las dos últimas, Velilla y Lada, en España.
5 segundos, 82 kg de explosivos
La torre de 100 metros de altura ha sido demolida como parte del proceso de desmantelamiento de la central, 56 años después de su puesta en marcha y 15 meses después de su clausura, solicitada a finales de 2017. Para derribarla han bastado 5 segundos y se han utilizado más de 15.000 toneladas y detonadores electrónicos con 82 kg de explosivos. El desmantelamiento completo de esta instalación se llevará a cabo a lo largo de 4 años, para lo que se ha contratado a 50 especialistas y proveedores locales.
La planta de Velilla es una parte fundamental de nuestra historia, muy querida por varias generaciones de profesionales de Iberdrola desde hace varias décadas. ¿Y qué va a pasar ahora? No vamos a dejar a nadie atrás en esta transición hacia un futuro mejor. Ya estamos trabajando en el proyecto de transformación de la comarca, que incluye la construcción de uno de los mayores complejos fotovoltaicos de la región. Así como más redes inteligentes y movilidad sostenible, proyectos de economía circular y una Plataforma de Innovación Ciudadana para incentivar el emprendimiento.
Hacemos frente a la emergencia climática
En Iberdrola somos, desde hace 20 años, líderes en la lucha contra el cambio climático con hechos, inversiones y realidades. Somos líderes en la lucha contra el cambio climático y la mayor eléctrica del mundo sin producción de carbón, pero no nos conformamos. Seguiremos invirtiendo en energía verde, buena para el planeta, para reducir la contaminación y para acabar con la crisis energética y la dependencia exterior, al tiempo que hacemos frente a la emergencia climática.