El coronavirus está teniendo, y tendrá, un gran impacto en la economía mundial. Las urgencias económicas y sociales que habrá que atender en los próximos meses ponen en duda los plazos de la agenda climática y que se cumplan las inversiones previstas para su desarrollo. Sin embargo, la salida a esta crisis económica debería ser verde.
Las energías renovables generan enormes beneficios para toda la sociedad y para el planeta. Un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) muestra que la descarbonización del sistema energético apoya la recuperación a corto plazo al tiempo que crea economías y sociedades resistentes e inclusivas.
Tanto es así que predice un aumento del PIB mundial en casi 100 trillones de dólares (cerca de 93 billones de euros) de aquí a 2050. Además, esta apuesta verde también cuadruplicaría el número de empleos en este sector, hasta alcanzar los 42 millones en los próximos 30 años, y mejoraría los indicadores mundiales en los ámbitos de la salud y el bienestar, según el informe de IRENA.
Alianza Europea, stronger together
Dada la preocupación por buscar una salida, se ha firmado una Alianza Europea para una Recuperación Verde, en la que estamos presentes con Ignacio Galán a la cabeza, junto a eurodiputados de 17 países de la Unión Europea, multinacionales y grandes empresas, asociaciones empresariales, confederaciones y federaciones sindicales, ONGs y varios grupos de expertos.
“Es imprescindible que haya una recuperación ecológica a medida que salgamos de la crisis de la COVID-19. Si nos centramos en la energía limpia, el mundo obtendrá beneficios económicos, medioambientales y sociales”, asegura nuestro presidente, quien cree necesario que la reconstrucción tras esta crisis sea sostenible.
Ignacio Galán lo ve claro: “Existe consenso total en que el camino de la recuperación económica debe ser necesariamente verde, con la lucha contra el cambio climático como elemento central. Contamos para ello con planes claros tanto en Europa, con el European Green Deal, como en España, con el PNIEC. Iberdrola está totalmente preparada para sumarse a esta tarea”.
Caminando juntos hacia un futuro mejor, seguiremos invirtiendo en proyectos que pongan a la Unión Europea en camino de cumplir su objetivo de convertirse en el primer continente del mundo con neutralidad climática para mediados de siglo. La lucha contra el cambio climático debe ser el núcleo de la estrategia económica que ponga en marcha la UE para salir de la crisis ligada a la pandemia de la Covid-19 y, por tanto, las inversiones masivas que se requerirán tendrán que alinearse con los principios ecológicos.