Hugo, un quebrantahuesos muy especial

En España hay ahora mismo 23 especies en peligro de extinción y el quebrantahuesos es una de ellas. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, este animal era considerado como uno de los mejores trofeos de caza, por lo que se extinguió en zonas como Asturias, Cantabria y el norte peninsular, a excepción de Pirineos.

Esta situación va mejorando gracias al trabajo de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) que, en colaboración con la Fundación Iberdrola, ha conseguido añadir tres nuevos polluelos a la colonia de estos animales que vive en el Parque Nacional de los Picos de Europa, en su vertiente asturiana. Los polluelos han sido cedidos por el Gobierno de Aragón en una colaboración entre parques nacionales para lograr la repoblación de la especie. Con su incorporación, ya son cinco los ejemplares que, con suerte, veremos muy pronto sobrevolando los lagos de Covadonga.

De los tres quebrantahuesos recién llegados a Picos, uno de ellos tiene un nombre muy especial: Hugo, bautizado con el nombre de un pequeño de cinco meses y medio que padece la enfermedad de osteogénesis imperfecta, coloquialmente conocida como “huesos de cristal”. El bebé, a pesar del frío, no quiso perderse la bienvenida dada al ave, por lo que estuvo presente junto a sus padres, su hermano Eric y sus abuelos.

El motivo de la elección de su nombre viene de una iniciativa promovida por Iberdrola, empresa en la que lleva trabajando desde hace quince años Álex Estévez, el padre de Hugo. Álex no dudó en participar en esta iniciativa y comentaba, con ilusión, cómo había sido su hijo mayor, Eric, de seis años de edad, el que había elegido el nombre de su hermano, que ahora comparte con el polluelo de quebrantahuesos.

La familia, tras meses de pruebas para obtener el diagnóstico, afronta el difícil reto de convivir con una rara enfermedad que provoca la fractura de los huesos, lo que requiere de tratamiento constante y de muchas visitas al hospital. Los padres inciden en que la labor de investigación resulta crucial. No se sabe cómo será el futuro que le espera a su hijo, pero, por el momento, desde las alturas, un quebrantahuesos rinde homenaje al pequeño y a las 3.000 personas que padecen en España esta enfermedad.