“Hola, te presento a João, de la oficina de Brasil, y a James, de Inglaterra”. Reacción: das la mano a la vez que dos tímidos besos porque has visto que se inclinaba hacia ti y, al siguiente, ya directamente le plantas dos besos con seguridad. Conclusión: uno nunca sabe cómo saludar (especialmente en el ambiente laboral) a gente de otras oficinas. Lo cierto es que en empresas multinacionales conviven muchas culturas y a veces no es sencillo adaptarse, pero si ambas partes son flexibles, se conseguirá la armonía perfecta para enriquecerse unos con otros.
La globalización y la expansión empresarial hacia otros países hacen que tengamos que trabajar codo con codo con gente de otras culturas, religiones y costumbres, favoreciendo un intercambio de ideas inigualable. Nuestra mente está repleta de estereotipos que, unas veces se cumplen y otras nos sorprenden siendo lo contrario. Pero también, gracias a esas ideas preconcebidas somos más permisivos o tenemos más paciencia unos con otros.
Si no te lo crees, lo puedes ver en este vídeo de la Gente Iberdrola, un equipo multicultural de más de 30.000 empleados repartidos por todo el mundo. Los españoles tienen fama de ser exageradamente directos a la hora de transmitir sus ideas o incluso secos al responder con un simple ‘ok’ a un email de cientos de párrafos, mientras que los mexicanos dan rodeos y hasta dicen cordialmente que “sí” cuando saben que se transformará en un “no”.
Tener a nuestra disposición todo lo que ocurre a kilómetros de distancia es todo un lujo. Innovación, tecnología, idioma, gastronomía… el intercambio cultural nos ofrece infinidad de ventajas para trabajar en equipo, tanto laborales como personales. No te quedes fuera de juego, aprende de tus compañeros y recuerda siempre que #LasDiferenciasNosEnriquecen.