Ya llegó el primer cambio de hora de este año. En la madrugada del sábado al domingo 25, los relojes se adelantan una hora, pero ¿sirve realmente para algo? Madrugar una hora más y cambiar el ritmo del sueño se hace muy cuesta arriba, aunque luego disfrutemos de días más largos. Pese a los inconvenientes, el cambio horario tiene un claro objetivo y responde a una directiva europea que afecta a todos los países de la UE para aprovechar mejor las horas de luz solar y consumir menos electricidad.
A las 2 de la madrugada serán las 3, lo que significa que amanecerá y anochecerá más tarde. Si este cambio te pone de mal humor o afecta a tu cuerpo, mantén horarios regulares, no cenes justo antes de ir a la cama y deja que pasen unas dos horas antes de acostarte para que la digestión no afecte a la calidad del sueño. También es importante no recurrir a medicamentos para conciliar el sueño, dejar a un lado la cafeína, el alcohol, el tabaco y otras sustancias que aceleren el organismo, y evita echar la siesta.
Otras medidas sencillas que nos pueden ayudar son practicar ejercicio físico moderado, leer antes de acostarte en vez de ver la tele y no tener relojes cerca por la noche, ya que mirar minuto a minuto cómo avanzan las horas en la cama no es buena idea para conciliar el sueño.
El objetivo es el ahorro energético, dado que las horas de luz se ajustan al horario laboral. Todo suma para luchar contra el cambio climático, si bien debemos recordar que también es muy importante cambiar de hábitos, no derrochar y consumir solo la energía necesaria.