Tras unas semanas de tregua, llega el verano con toda su fuerza. Ola tras ola de calor, el aire acondicionado se ha convertido en nuestro mejor aliado para sobrevivir a las altas temperaturas. Pero debemos usarlo bien, no solo para ahorrar en nuestra factura, sino también para no derrochar energía.
Es fundamental desconectar el aire acondicionado cuando no estemos en casa, mantener limpios los filtros para no consumir más de lo necesario, instalar un termostato para ahorrar energía y, lo más importante, ponerlo entre 24 y 26 grados. Por cada grado menos, el consumo aumenta ¡entre un 4 y un 6%!
Pero no solo el aire acondicionado servirá para refrescarnos. Hay otros hábitos sencillos para pasar menos calor: come comida veraniega (gazpacho, ensalada…); refréscate con agua; apaga luces; quita el stand-by; baja persianas y toldos; usa ropa de algodón y tejidos naturales; coloca sábanas húmedas en las ventanas por la noche para que no entre aire caliente… Todo vale para disfrutar del verano al fresco. Siempre sin olvidarte de ahorrar energía y cuidar lo más importante que tenemos: el planeta.