Recién pintados o recién restaurados. Esa es la sensación que tienes al observar los cuadros bajo la nueva iluminación que está instalando El Prado en sus salas. Si todo depende de la luz con la que se mire, ahora, con las nuevas bombillas LED que sustituyen a las lámparas halógenas las obras nos descubren nuevos detalles.
Las Pinturas negras de Goya ya no son tan negras, los tejidos y texturas de los trajes de los retratos de Madrazo cobran vida y las esculturas pasan de un amarillo a un blanco intenso, haciendo que piezas como el busto de Isabel II recobren el efecto de transparencia, dando incluso sensación de movimiento.
Estas nuevas sensaciones para el ojo del visitante se producen gracias al nuevo sistema lumínico que ya funciona en siete salas de la pinacoteca y que está posicionando al Prado a la vanguardia tecnológica, al alcanzar mejores niveles de eficiencia y conservación.
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Para hacer una fotografía general de la envergadura del proyecto Lighting The Prado, como se conoce esta iniciativa apoyada por Iberdrola, hay que destacar las metas que se conseguirán: un 75% de ahorro en el consumo energético anual del museo, una reducción de 320 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera, la disminución del 20,4% del factor daño para las obras, ya que los nuevos focos LED no emite rayos infrarrojos ni ultravioleta, y la rebaja a cero de las labores de mantenimiento, porque los nuevos focos tienen una vida útil de 50.000 horas, frente a las 1.000 de los antiguos.
Esta nueva iluminación hace obligada una visita al Museo del Prado para observar las obras tal y como las concibieron en su día los artistas. Y es que desde el punto de vista artístico, las ventajas del nuevo sistema se traducen en la mejora de la percepción cromática y la nitidez y el aumento del efecto de profundidad.
El Prado, que ha sido el primer gran museo español que ha iniciado la sustitución integral de lámparas halógenas (que se dejarán de fabricar en 2016 por una directiva de la Unión Europea) por LEDS, desarrolla esta transformación de la mano de la empresa madrileña Lledó con un presupuesto aproximado de 800.000 euros.
El proyecto prevé estar finalizado en 2017, año en el que 1.500 obras estarán expuestas bajo una nueva luz y una nueva mirada. El colofón de esta transformación será la iluminación de la sala 12 del Prado, donde se ubica el cuadro de Las Meninas de Velázquez.