En el año 2005 tuve la oportunidad de asistir a la primera gran feria organizada por la EWEA (European Wind Energy Association) para el entonces incipiente mercado del “Offshore Wind” en Copenhague. Por entonces, éramos solamente unos pocos cientos de “delegates” y la potencia instalada sólo sumaba unos pocos cientos de megavatios en todo el mundo. Desde el principio, me fascinó la dificultad del medio y la posibilidad de llevar la energía a terrenos entonces impensables. ¡Reconozco que me gustan más los retos que a un niño una piruleta!
En los tres años posteriores tuve la oportunidad de formarme y colaborar con los compañeros de Iberdrola Renovables en el desarrollo de los primeros proyectos eólicos marinos en nuestras costas. Los dos primeros años simultaneaba estas tareas con la coordinación del grupo ingeniería eólica internacional dando soporte a la increíble expansión internacional de Iberdrola Renovables: EEUU, Brasil, México, Polonia, Italia, Francia, Grecia, Inglaterra, Gales, Escocia, etc. A finales de 2007, me ofrecieron la oportunidad de dedicarme en exclusiva a desarrollar en Iberdrola Ingeniería el conocimiento necesario para poder abordar este mercado a medio plazo, a lo que accedí sin dudarlo.
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Lanzamos un programa de capacitación interna de 18 meses de duración que nos permitió continuar dando soporte al área de renovables de Iberdrola y comenzar a explorar dónde podía estar el futuro en el mercado renovable marino. Lo vimos claro: si realmente queríamos liderar este mercado a medio-largo plazo teníamos que flotar. Y, si queríamos flotar, necesitábamos especialistas en la materia como los ingenieros navales. Como la vida es un cúmulo de casualidades, tuvimos la oportunidad de conocer a Luis Ramón Núñez (el actual director de la ETSIN), que nos abrió las puertas de la Escuela de Ingeniería Naval de Madrid, de sus grupos de trabajo, de sus instalaciones de pruebas y, sobre todo, nos proporcionó un montón de profesionales de primer nivel con los que comenzamos a analizar las diferentes tipologías de soluciones flotantes existentes.
A principios de 2009, Luis Ramón nos presenta a la gente de la Fundación Innovamar y se nos brinda la posibilidad de coordinar el Grupo de Energías Renovables Marinas, del cual surge como primera idea el lanzamiento de un gran proyecto de Innovación. Ese proyecto se llamaba Ocean Lider, seguramente el proyecto más importante a nivel mundial en I+D+i en el sector, lo cual nos permitía aprovechar dos grandes oportunidades: capacitarnos en el mundo de la generación a partir de las olas y corrientes y sistemas de generación combinada con eólica marina, pero también intensificar nuestro desarrollo flotante, dándole un carácter propio.
Ocean Lider ha sido un éxito desde su concepción, pasando por su aprobación por parte del CDTI, por su realización entre 2009 y 2013 y por la posterior difusión de los resultados. El proyecto se ha centrado en el desarrollo de las tecnologías necesarias para la aplicación a gran escala de las energías renovables oceánicas (olas, corrientes y viento), particularmente en un entorno flotante. Es el trabajo de hasta 20 empresas y 25 centros de investigación y universidades.
Esta iniciativa ha obtenido resultados espectaculares y muchas de las tecnologías desarrolladas están siendo aplicadas en la actualidad en proyectos productivos de las empresas que han participado. Para Iberdrola Ingeniería no ha sido diferente, ya que nos ha permitido desarrollar soluciones que se están empleando en proyectos de Iberdrola y, sobre todo, ha impulsado nuestro desarrollo flotante con una metodología de diseño y de ensayos en canal, una herramienta de software (que aúna los efectos del viento y del mar de manera combinada), una tecnología TLP (Tension Leg Platforms) para aerogeneradores marinos y dos sistemas de instalación ad hoc que nos permitirían remolcar el aerogenerador flotante ya ensamblado desde la costa.
El siguiente paso deberá consistir en intentar probar esta tecnología a escala real y poder ayudar a nuestros compañeros de renovables de Iberdrola en el desarrollo de proyectos en aguas profundas. También será posible colaborar con la industria renovable marina en la labor de disminuir los costes totales de producción del “megavatio del futuro”. En el fondo, ese es uno de los grandes objetivos de la innovación en el ámbito de la energía, ¿no creéis?