* Autor: Carlos Pascual López *
En Iberdrola existe la figura del Despacho Central de Generación. Se trata de un centro de control que permite cumplir las tres funciones básicas de un sistema eléctrico: garantizar la seguridad de suministro del sistema, junto con la sostenibilidad y la competitividad en precios.
Con el paso de los años, el Despacho Central de Generación ha adquirido nuevas funciones. Algunas de ellas asociadas al desarrollo de los mercados energéticos en nuestro país a finales de los 90, con la liberalización del sector eléctrico y, en particular, del negocio de generación. Otras son fruto de la entrada en nuevos mercados internacionales en los que Iberdrola está presente y donde podemos aprovechar nuestra experiencia. Y el resto es producto de la adaptación a un sistema eléctrico absolutamente cambiante, donde el mix de producción ha dado paso a nuevas tecnologías de tipo renovable no gestionable que realizan una importantísima contribución desde el punto de vista medioambiental, pero que aumentan las exigencias y la dificultad de la operación del sistema eléctrico.
En definitiva, el Despacho es imprescindible para el funcionamiento del sistema eléctrico ya que gestiona las fuentes de producción para conseguir con ayuda del Operador del Sistema, que la oferta y la demanda se igualen en todo momento. Participa en los mercados intradiarios, actúa en los distintos mercados de servicios complementarios y gestiona el tránsito de energía entre los distintos países europeos a través de las interconexiones.
El núcleo del Despacho Central de Generación cuenta con 22 personas que dan continuidad a la operación y participación en los mercados eléctricos en España y otros países de Europa todos los días del año, día y noche. Son expertos gestionando los activos de generación de Iberdrola en España, consiguiendo, con las capacidades que ofrecen nuestras centrales de distintas tecnologías y sus equipos, transformar en energía eléctrica los compromisos asumidos en los mercados de electricidad y optimizando su uso hasta el tiempo real. Y, sobre todo, siendo capaces de conseguir que Iberdrola sea un referente dentro y fuera de nuestro país desde el punto de vista de operación del sistema eléctrico, en particular los medios de producción, entre los que destaca su liderazgo en la gestión hidráulica.
Pero no sólo gestionan el día a día, donde ya asumen grandes responsabilidades, sino que también son capaces de solventar situaciones excepcionales, donde los jefes de turno están sobradamente entrenados. Algunas son, por ejemplo, la gestión de avenidas cuando superamos la capacidad de embalsado y son necesarios vertidos, como la sufrida las últimas semanas, la gestión del porfolio para facilitar la integración del régimen especial en situaciones de baja demanda y exceso de generación, como las reducciones de programa nuclear solicitadas por el Operador del Sistema durante la Semana Santa de 2013, la participación en pruebas y simulacros para garantizar la reposición del servicio en caso de producirse un “cero” de tensión a nivel nacional, etcétera.
La responsabilidad del Despacho Central de Generación, junto con otros centros de control de su nivel y el Operador del Sistema, es mayor que nunca. La integración de las energías renovables, la disminución del nivel de demanda en los últimos años, las nuevas inversiones en generación, etcétera, hacen cada vez más compleja la operación de nuestro sistema, requiriendo mucha más flexibilidad de operación para garantizar esa seguridad de suministro y a la vez ser capaces de mantener la competitividad en unos mercados energéticos europeos cada vez más interconectados.