En el centro de operaciones logísticas de Central Maine Power (CMP), filial de Iberdrola USA, se atienden las necesidades de la compañía y de los empleados tras el paso de un fuerte temporal. Desde aquí se organizan las comidas y la búsqueda de alojamiento para los profesionales que trabajan en el restablecimiento del sistema eléctrico, así como el suministro de materiales y una amplia gama de servicios de diversa naturaleza. La coordinación de todas estas tareas resulta muy complicada, incluso en la mejor de las circunstancias. Si, además, la tormenta tiene lugar durante días festivos, el reto es aún mayor. ¿Cómo sé todo ésto? Porque dirijo el centro de operaciones logísticas durante los temporales.
En la semana de Navidad, una tormenta de hielo dejó sin suministro eléctrico a más de 125.000 clientes de CMP. En un período festivo, en el que prácticamente todos los restaurantes y supermercados estaban cerrados, nuestras posibilidades se vieron muy limitadas y tuvimos que ser creativos a la hora de facilitar alimentos a los cientos de técnicos que trabajaban en el restablecimiento del servicio. Afortunadamente, contamos con el apoyo de la comunidad empresarial y pudimos cubrir las necesidades de nuestros empleados.
Normalmente, tras un fuerte temporal, los técnicos reciben paquetes de comida para el almuerzo y las cenas se sirven al final de cada jornada. En esta ocasión, todo parecía indicar que iba a ser complicado seguir los estándares establecidos. No sólo por la magnitud del evento, sino porque tanto comercios como restaurantes estaban cerrados por las fiestas. Sin embargo, una serie de llamadas telefónicas cambió la situación por completo.
Steve Daniels, gerente del departamento de Marketing y Ventas de CMP, llamó al director de instalaciones de la cadena de supermercados locales Hannaford solicitándole que abriese sus establecimientos el tiempo justo para que pudiésemos comprar algo de comida. Después, me puse en contacto con el propietario del hotel Senator Inn en Augusta para preguntar si el cocinero estaría dispuesto a trabajar la noche de Navidad y servir cenas a los empleados que trabajaban en la zona. Eran las 20:30 horas del día de Nochebuena y Roger, el cocinero del Senator Inn, aunque aceptó sin pensárselo, estaba preocupado por dónde iba a poder adquirir a esas horas suficiente carne para alimentar a 750 hombres al día siguiente. Afortunadamente, Jeff Ballard, vicepresidente de Tecnología de Operaciones y Transformación de Negocio de Iberdrola USA, tenía la solución a nuestro problema. Su familia es propietaria de un mercado local de carne, así que se encargó de que Roger tuviera los alimentos necesarios para preparar la cena de Navidad.
A Roger también le preocupaba la disponibilidad de personal que le ayudase en la cocina. Le dije que teníamos empleados dispuestos a colaborar y llegamos a un acuerdo.
Más tarde, mientras Roger y algunos empleados de CMP compraban la comida y la cena en los supermercados Hannaford, le pedí que preparara un desayuno buffet para el día siguiente a Navidad, y aceptó encantado. El Senator Inn sirvió una cena excepcional y un gran desayuno a la mañana siguiente.
Mientras tanto, un grupo de empleados se reunió en la oficina general de Augusta (Maine) durante dos días, donde prepararon más de 4.000 paquetes de comida con las compras realizadas en Hannaford.
Alimentar a los operarios en las zonas costeras de nuestra área de servicio fue un gran reto. Rich Hevey, del departamento Jurídico, Kevin Howes, responsable de Cuentas y Debbie Mills, del departamento de Regulación y Tarifas, se hicieron con alimentos en uno de los pocos restaurantes que estaban abiertos y distribuyeron su entrega en tres vehículos en la zona de Belfast, Maine. Las carreteras nevadas dificultaron el trayecto. Con el tráfico bloqueado y sin manera de moverse, Debbie llamó a la Policía Estatal y pidió que, por favor, escoltase a sus coches.
En nuestro esfuerzo por facilitar víveres a los operarios, se realizaron numerosos desplazamientos a docenas de tiendas y estaciones de servicio en zonas heladas del centro de Maine. Todos los empleados que colaboraron con el centro de operaciones logísticas, merecen que se les reconozca su duro trabajo. Dejaron de lado sus funciones habituales para ayudar en la medida de lo posible. Hubo mucha formación práctica y muchos realizamos tareas nuevas por primera vez. Todos suspendieron temporalmente sus planes familiares para las fiestas, un tremendo sacrificio que les agradezco de todo corazón.
Y lo que es más importante, cuando pienso en esa semana, me doy cuenta de que la buena relación de nuestros profesionales con miembros de la comunidad nos permitió cubrir las necesidades básicas. Así, ellos pudieron centrarse en restablecer el suministro a nuestros clientes.