Me incorporé a Iberdrola en diciembre de 2007 y lo primero que me llamó la atención fue que la empresa tuviese un departamento de marca, dedicado en exclusiva a la gestión de la misma. Esto no es algo habitual en este sector, ya que normalmente esta tarea queda diluida como una función más de los departamentos de marketing, mientras que las empresas de gran consumo cuentan con Brand managers.
La filosofía de gestión de la marca en Iberdrola como en una compañía de gran consumo me atrajo desde el principio y me dio indicios de lo importante que es este aspecto para el grupo. Ese es uno de los pilares importantes que hacen que la marca Iberdrola vaya creciendo en su valor con el tiempo. Sin ir más lejos, la semana pasada se publicaron los resultados del estudio llevado a cabo por Interbrand, en el que se recoge el TOP 10 de las mejores marcas españolas. De éste se desprende que Iberdrola ya tiene un valor de 996 millones de euros, lo que supone un incremento del 14% respecto a la anterior valoración y coloca a la empresa de nuevo como la marca más valorada del sector eléctrico, con el doble de valor que la siguiente compañía eléctrica que aparece en dicho ranking.
Es un orgullo gestionar la marca Iberdrola y ver que el trabajo realizado en nuestro departamento tiene sus frutos. Desde aquí quiero felicitar a todos mis compañeros en todo el mundo por su trabajo realizado todos los días para la consecución, una vez más, de este importante puesto.
Hoy puedo decir que soy heredera y responsable de un trabajo muy bien realizado desde el origen de la nueva marca en el año 2002. Ésta refleja la apuesta estratégica que comenzó nuestra compañía en 2001, con una gran inversión en energía eólica, una forma de generar energía más limpia que con las formas de producción convencionales. Una apuesta única y diferente en el sector en aquellos tiempos, que requería de una nueva marca que lo reflejase.
Así nació nuestra marca, para diferenciarse y representar una nueva forma de generar energía. Nuestro logotipo escenifica, con el color verde y con un símbolo formado por una hoja verde, el compromiso de generar energía con una alternativa más respetuosa con el entorno, de cara a cuidar la calidad de vida de las personas. Además, tiene dos gotas que simbolizan la energía eólica e hidráulica -con el color azul- y el gas natural -con el color naranja-.
Iberdrola continuó creciendo e invirtiendo en energías renovables sostenibles, logrando el liderazgo mundial en el sector eólico, y nuestra marca es un reflejo de ello. Lo que ha hecho que sea fuerte y esté muy bien construida es que ha evolucionado al mismo ritmo que la empresa, por lo que es una marca que puede demostrar con hechos su propuesta y posición en el mercado. Esto último es esencial y bastante difícil encontrar.
Gestionar una marca del sector eléctrico es todo un reto, ya que las percepciones de este producto hacen difícil llegar donde puede llegar una marca de gran consumo. Hay que destacar que la electricidad es un producto que se entiende como básico y se da por hecho que, cuando encendemos un interruptor o algún aparato eléctrico, siempre funciona. En las pocas ocasiones en las que eso no sucede es cuando nos enfadamos con las compañías eléctricas y, al mismo tiempo, valoramos lo que sería vivir sin electricidad. La realidad que afrontamos en esos momentos es que no podemos hacer nada sin luz y sin aparatos eléctricos.
No nos paramos a pensar que, cuando se produce una incidencia, hay profesionales trabajando para solucionarla y que una avería no se arregla por arte de magia. Nos volvemos un poco exigentes y no pensamos que hay personas trabajando para personas. Gestionar estas percepciones no es fácil y supone un reto diario, porque cambiar opiniones tan asentadas sobre ciertos productos es muy complicado.
Durante estos años he podido disfrutar, y disfruto cada día, gestionando nuestra marca en su evolución internacional, con la entrada en nuevos mercados como el británico, el norteamericano y, hace poco, el brasileño. Ha sido un gran reto y oportunidad de gestión estratégica en adecuación en diferentes tipos de mercado.
Me siento muy afortunada de poder vivir un momento precioso en la gestión de la marca Iberdrola y es una experiencia muy gratificante ver cómo cada día crece. Por ejemplo, para mí supuso un gran aprendizaje en la aplicación de la marca el patrocinio de la Selección Española de Fútbol, durante el que se ha conseguido por primera vez en la historia ganar un Mundial, en Sudáfrica 2010.
Desde hace ya algunos años podemos decir que Iberdrola es una marca internacional que cuenta con muchos y excelentes compañeros que formamos este departamento por todo el mundo, que a diario cuidamos y velamos para seguir creciendo.
En definitiva, trabajar en Iberdrola y, especialmente, en este equipo me permite enriquecerme cada día del trabajo en una empresa con una marca de la que me siento muy orgullosa. Estoy encantada de colaborar en su crecimiento global y poder compartir mi tiempo todos los días con grandes personas y excelentes profesionales internacionales que hacen que Iberdrola sea una gran familia.
