* Autora: María Torres Nales *
Hace dos años tuve la oportunidad de formar parte del primer Programa internacional de graduados del grupo Iberdrola, junto a otras 20 personas más. Una vivencia inolvidable para mí y para todos mis compañeros, tanto por la fantástica experiencia profesional como por el crecimiento personal que se nos regalaba con esta oportunidad. Vivir en un país que no es el tuyo siempre te aporta un nivel de responsabilidad y fortaleza que creo que son importantes y muy valiosos, tanto para el desarrollo personal como profesional.
Esta iniciativa de Iberdrola tiene como objetivo reclutar personal recién licenciado para formarles durante dos años en diferentes países en los que la empresa desarrolla su actividad (España, Reino Unido, EE.UU.), con la finalidad de conocer las diferentes áreas de la compañía para luego transmitir ese conocimiento adquirido en tu país de origen y servir de puente para acercar fronteras, potenciando así la integración global entre las empresas del grupo.
Durante ese tiempo, Iberdrola también nos ha dado la oportunidad de participar en sesiones de formación y, de esta manera, potenciar habilidades de comunicación, trabajo en equipo, liderazgo, gestión de proyectos y habilidades comerciales.
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Cuando llegué a Glasgow estaba expectante y con muchas ganas de aprender y conocer gente nueva. La búsqueda de piso fue una auténtica aventura y el círculo de amigos cada vez se hacía más grande y más familiar. Además de compañeros de trabajo, éramos amigos y pasábamos mucho tiempo juntos. La aclimatación fue divertida, el paraguas era una prenda más de la que preocuparse a diario. Y Escocia se cubrió de nieves y, con ellas, llegó la incertidumbre de si vas a poder llegar al trabajo o no, de si vas a poder coger un avión o de si tus familiares podrán venir a verte.
En mi caso, los primeros meses estuve dando apoyo en el equipo de Plataformas Telefónicas de la Dirección Comercial. Más tarde, me incorporé al Proyecto FIS de integración de sistemas. Una iniciativa muy potente con más de 300 personas de diferentes nacionalidades trabajando en ella. El trabajo en equipo ha sido la base para construir un día a día productivo y un sistema robusto como es SAP, con la finalidad de mejorar la eficiencia operativa.
En definitiva, este programa supone oportunidades de desarrollo, facilitando y ampliando el acceso a otras perspectivas de negocio a través de una relación de colaboración e intercambio de conocimientos y relaciones personales con profesionales en diferentes países.
Soy consciente de lo privilegiados que hemos sido por haber formado parte de esta iniciativa. Es un orgullo pertenecer a una empresa tan fuerte, con tantas oportunidades de desarrollo y aprendizaje y con proyectos y políticas que velan por los intereses de los trabajadores. Desde mi punto de vista, toda inversión en formación es productiva para los trabajadores y para la empresa.
Hace pocos meses que el programa ha terminado y, poco a poco, cada uno de los graduados nos hemos ido incorporando en los diferentes negocios de la compañía con las mismas ganas y entusiasmo que pusimos cuando comenzamos nuestra primera etapa en nuestros países de destino, pero con una mochila llena de experiencias que nos servirán en este nuevo inicio, que afrontamos con nuevos retos y con más ganas de seguir aprendiendo sobre la compañía.