Para transmitir la experiencia de la implantación de redes inteligentes en Castellón, voy a empezar hablando en primera persona y, además, recordando a más de uno que tiene pendiente una apuesta, porque el reto al que nos enfrentábamos hace un par de años parecía imposible pero ¡lo conseguimos!
Iniciamos el despliegue masivo en junio de 2010 y el objetivo consistía en desarrollar en un año la red inteligente en todo el municipio de Castellón, que afectaba a 100.000 puntos de suministro y 600 centros de transformación con telegestión, de los cuales 60 eran automatizados, y había que supervisar la media tensión de más de la mitad de ellos.
¿Cómo lo conseguiríamos? Teníamos que esperar no sólo que los equipos cumplieran su cometido, sino también que diera resultado el sistema de “Plug & Play” (‘Enchufar y Funcionar’). La Oficina de Proyecto había trabajado durante tiempo en esta nueva filosofía para simplificar y procedimentar el antiguo modelo.
Nos enfrentábamos a equipos nuevos que iban a ser analizados en un entorno de despliegue real controlado y que apenas conocíamos. Los comienzos llegaban con miles de dudas, incertidumbres y preguntas que, afortunadamente, se fueron respondiendo rápido. Las primeras instalaciones probaban que el plan que la empresa había diseñado como modelo de red inteligente era técnicamente viable.
Fotos por aquí, llamadas a horas intempestivas por allá, descargos que se alargaron más de lo planificado y abonados preguntándose qué estaría sucediendo en ese centro de transformación en el que nadie reparaba antes y que ahora era un continuo vaivén de visitas.
Una vez despejada la incertidumbre tecnológica, el reto más importante al que nos enfrentábamos pasaba a ser el logístico y de coordinación. Lo que inicialmente conseguíamos gestionar con papel y boli y unas hojas Excel cada vez más pesadas, ahora requería herramientas y sistemas para coordinar todos los trabajos: desde la planificación hasta la validación en campo de los equipos, pasando por la programación, coordinación y configuración de los mismos.
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Una vez lanzado el despliegue, la experiencia real ha sido vital para acelerar todas las mejoras de los equipos. Durante estos años, hemos vivido continuas adaptaciones en diferentes aspectos: las funcionalidades de las comunicaciones, los contadores, las supervisiones y la automatización.
El equipo con el que trabajo está realizado un trabajo sensacional, al igual que todas las áreas de la empresa, de las que recibimos ayuda y cooperación. Contamos con la colaboración de departamentos como Telecomunicaciones, Medida, Lectura, Sistemas, Mantenimiento, Planificación, Operación, las Zonas, los Canales de Atención, Protecciones, Normalización, Prevención o Formación. Además, ha sido un éxito el plan de comunicación a instituciones, organismos y clientes. Si no nos hubieran dado vía libre para trabajar, ¡nada de esto habría sido posible! Sin duda alguna, Castellón sirvió para comprobar que el modelo funcionaba.
Ahora ya hemos superado un segundo reto que consistía en formar al resto de regiones de Iberdrola para poder trasladarles el conocimiento y empezar a desplegar en otras zonas. Nuestro siguiente objetivo es consolidar el modelo de mantenimiento que se avecina donde la componente electrónica de nuestras instalaciones está pasando a ser similar a la eléctrica. Para conseguirlo, seguimos avanzando para lograr que los trabajos sean más sencillos, rápidos y efectivos, y por eso trabajamos en buscar estándares, procedimientos y aplicaciones informáticas de apoyo y de gestión.
