Fortalecer nuestro balance es uno de los principales retos que asumimos en Iberdrola, conscientes de la necesidad de tomar impulso para saltar aún más alto en los próximos años. En este sentido, las perspectivas para el periodo 2012-2014, que presentamos recientemente en Londres a la comunidad financiera, tienen como objetivo preparar a la compañía para la nueva fase de crecimiento que surgirá una vez superada la actual crisis económica.
Quiero exponer de primera mano cómo vemos la situación actual del grupo y hacia dónde debe encaminarse para potenciar sus fortalezas en un momento delicado para la economía en todo el mundo. Iberdrola ha protagonizado en la última década un crecimiento espectacular, multiplicando sus activos por cinco hasta cerca de 100.000 millones de euros y pasando de ser una gran eléctrica española a convertirse en un grupo multinacional de primer orden en el mundo global.
Las cifras están ahí y refrendan nuestra estrategia de expansión. Solo recordar que el 75% del beneficio al cierre del tercer trimestre de este año ya procede del área internacional –fundamentalmente de las actividades en el Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y México–, frente a tan solo 1% del año 2000.
¿Cuál va a ser nuestra estrategia a partir de ahora? Tras lograr esta posición inimaginable hace no tantos años, nuestro objetivo pasa por la consolidación. Vamos a centrarnos en incrementar, aún más, nuestra fortaleza financiera y, para lograrlo, la empresa se ha marcado unos retos importantes.
En primer lugar, moderar las inversiones, hasta los 12.300 millones de euros, en torno a un 30% menos que las del período 2009-2011, y centrarlas en las áreas geográficas y negocios que ofrezcan una mayor previsibilidad y estabilidad regulatoria; en particular, en los negocios de redes y renovables, siendo el Reino Unido y Brasil los principales destinos con cerca del 70% del total de nuestra inversión.
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Así, vamos a continuar realizando proyectos como la implantación de las redes eléctricas inteligentes, la construcción de importantes infraestructuras de distribución y de redes de transmisión que conectarán Inglaterra con Escocia o el Estado de Maine (Estados Unidos) con Canadá, así como la finalización de nuestro primer parque eólico marino de West Of Duddon Sands, en el Mar de Irlanda.
Al mismo tiempo, en los próximos tres años llevaremos a cabo desinversiones en activos y países no estratégicos por 2.000 millones de euros, y reduciremos los gastos operativos en más de 400 millones.
Con todo ello queremos reforzar la solidez de nuestro balance, con una reducción de deuda de 6.000 millones de euros, que sitúe nuestro apalancamiento en el entorno del 40%, y seguir así mejorando aún más nuestros ratios financieros que, ya en la actualidad, nos permiten contar con el rating más alto de todas las grandes empresas españolas.
Gracias estas medidas, esperamos atravesar la crisis actual manteniendo nuestros resultados, así como el dividendo que pagamos a nuestros 520.000 accionistas.
Contamos con una planificación coherente con los tiempos y, gracias a nuestro gran equipo, confiamos en poder cumplir las perspectivas 2012-2014. De esta manera, podremos continuar desarrollando nuestro modelo de negocio de crecimiento sostenible y construir los mimbres de la Iberdrola del futuro.