En Iberdrola, estamos de enhorabuena. Un proyecto ambiental que comenzó en 2008 ha tenido continuidad en los últimos años y está dando sus frutos o, mejor dicho, está ganando en porte y extensión. Me refiero al Bosque Iberdrola.
Esta iniciativa empezó en 2007, cuando contactamos con la Fundación Lurgaia para colaborar con ellos en proyectos socio-ambientales con la finalidad de llevar a la práctica algunos principios de nuestra Política de Biodiversidad. Entre las acciones ambientales que nos presentaron, el proyecto de conservación y restauración del bosque autóctono nos gustó mucho, ya que aportábamos nuestro grano de arena para solucionar una de las principales problemáticas medioambientales del País Vasco: la desaparición de los bosques autóctonos.
Además, nos permitía implicar a los trabajadores de una manera directa, por medio de la celebración anual del Día del árbol Iberdrola y, no sólo eso, también nos daba la oportunidad de colaborar con la Asociación Gorabide, que trabaja con personas con discapacidad intelectual. Así, vimos en el Bosque Iberdrola la oportunidad de sensibilizar y remover las conciencias de la sociedad sobre la importancia de recuperar y conservar las masas arbóreas. ¡Y ahí empezó el proyecto Bosque Iberdrola!
Durante cinco años hemos trabajado en un terreno dedicado durante mucho tiempo a la explotación forestal, basada en la especie alóctona Eucalyptus globulus (eucalipto). Este terreno ha sido cedido por su propietario para eliminar de manera progresiva la plantación existente y sustituirlo por bosque autóctono. A pesar de que, a priori, no eliminar de golpe la plantación en su totalidad pueda parecer una ralentización en la conservación y recuperación del bosque autóctono, el llevar a cabo eliminaciones paulatinas, con métodos muy poco agresivos y sin la utilización de maquinaria pesada, ha sido altamente beneficioso para la estabilidad del terreno, dada la pendiente del mismo.
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Por ello, durante estos años de trabajo, sólo se han desarrollado actuaciones en una superficie de dos hectáreas, de las cinco a restaurar, correspondientes a la zona alta, donde ya ha sido eliminada totalmente la plantación. Pero esto es sólo el principio de los trabajos. A partir de este momento, quedan por delante labores tales como limpieza y preparación de la zona, vallados selectivos donde fuera necesario, control del rebrote del eucalipto de manera manual, desbroces varios, supresión de las antiguas pistas forestales de saca de madera por medio del relleno de las mismas, etcétera.
En ese sentido, la Fundación Lurgaia ha gestionado y realizado dichas actuaciones a lo largo de estos cinco años. Los voluntarios de Iberdrola y Gorabide hemos colaborado en la la parte más significativa, que es la plantación de ejemplares de diferentes especies de árboles y arbustos autóctonos (abedul, roble pedunculado, arraclán, melojo, espino albar, etcétera). Todos han sido plantones de dos o tres años obtenidos de viveros con garantía de procedencia local.
Los bosques se caracterizan por una disposición totalmente aleatoria de sus árboles y arbustos, dado que en la dispersión de las diferentes semillas sólo manda el azar. Por ello, y buscando en todo momento la naturalidad del bosque resultante, la plantación siempre se ha realizado de manera totalmente desordenada, tanto en localización como en especies.
La actividad de voluntariado se ha desarrollado en el primer trimestre del año, que es cuando se aconseja realizar la plantación, antes de la primavera, para afectar lo mínimo posible el ciclo vital de las plantas. A pesar del frío, la lluvia, el granizo que nos han acompañado en algunas de las jornadas, la ilusión y las sonrisas han sido la nota predominante a lo largo de este proyecto. Cerca de 300 personas, entre trabajadores de Iberdrola y discapacitados de la Asociación Gorabide, hemos plantado más de 2.000 árboles y arbustos, que empiezan a dar vida al futuro Bosque Iberdrola.
Desde aquí me gustaría llamar al espíritu solidario de los empleados y de todos los interesados en participar en la próxima edición o en otras acciones sociales que favorezcan el cuidado del medio ambiente y la integración en la sociedad de las personas con discapacidad.