La sonrisa de R.

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* Autora: Adela Varela Lamigueiro *

R. tiene la risa más bonita del mundo. R. tiene también 13 años, una enfermedad degenerativa, un padre alcohólico y un hermano en la cárcel. E. no para de hacer bromas a todo el mundo, de hablar con unos y con otros y de burlarse de los voluntarios imitándonos hablar en inglés. E. vio cómo su padre moría tiroteado por un asunto de drogas. L. bromea con nosotros, nos trata como si fuésemos de su familia, como si nos conociese desde hace años porque les hemos ayudado. L. tiene un padre alcohólico, un hermano discapacitado y vive sin agua corriente. Como ellos, cada uno de los alumnos que tuvimos la oportunidad de conocer durante la parte central del proyecto Iberdrola Sao Paulo 2.0, nuestra estancia en el municipio de Guarulhos, tiene una historia muy dura detrás.

Es difícil concentrar en unos párrafos lo que ha supuesto para mí entrar, aunque solo fuese durante tres semanas, en sus vidas. Resulta muy complicado contarlo aquí sin caer en tópicos ni sensiblerías. Sin embargo, a medida que van pasando las semanas, creo que no ha habido ni un solo día en el que no haya recordado algún detalle de esta experiencia.

Pensaba que al aterrizar en Madrid seguiría con mi vida, satisfecha por el trabajo realizado, y que nuestros alumnos continuarían con la suya en Guarulhos. Y aunque eso es cierto, me equivocaba en una cosa: este proyecto no ha sido algo anecdótico, un simple paréntesis, sino que en parte ha modificado mi día a día, algunos matices de la rutina.

Una niña de trece años me ha enseñado más que ningún maestro, más que ningún libro en toda mi vida. Y me ha demostrado, con evidencias y aunque ya lo tenía bastante claro, lo privilegiada que soy. Ahora cuando suena el despertador a las siete menos veinte para venir a trabajar no pienso en lo que cuesta saltar de la cama. Pienso en la sonrisa de R., que nunca se borra de su cara, y desde los 7.000 kilómetros de distancia que ahora nos separan, con ese océano de por medio que ella no conoce, me recuerda que soy afortunada por poder levantarme, pegarme una ducha, coger mi coche y venir a la oficina gracias al esfuerzo de unos padres que trabajaron para que yo estudiase lo que quisiese y donde quisiese.

Este ejemplo quizás pueda resumir todo lo que me he traído en la mochila de Brasil. Desde luego, a pesar de que el objetivo principal del proyecto era impartir clases de informática a jóvenes en riesgo de exclusión social a fin de proporcionarles una posible salida laboral en el futuro, la alumna he sido yo, aunque los verdaderos profesores ni siquiera se diesen cuenta de que lo eran. Al menos, pienso, R. sabe ahora que los nombres propios se escriben con mayúscula, puede hacer divisiones y, lo más importante, nuestro paso por allí le ha hecho ver que existe otro mundo fuera de las calles de Guarulhos. Ha podido comprobar que se puede ser mujer, estudiar una carrera, conseguir un trabajo y vivir la vida que tú misma elijas. R. quiere ser veterinaria, y tener una casa y un perro cuando sea mayor. Espero que ahora, al menos, vea ese sueño un poco más cerca.

Autora: Adela Varela Lamigueiro
Bio: Soy periodista y desde hace casi cuatro años formo parte del equipo de comunicación externa de Iberdrola. Allá por el mes de marzo, decidí aprovechar la oportunidad que nos brindaba la compañía con el proyecto de voluntariado internacional Iberdrola Sao Paulo 2.0.