* Autor: Juan José Palacios Linaza *
Hace ya unos años, durante una excedencia en Iberdrola, tuve la oportunidad de desarrollar mi labor coordinando el área de recursos humanos de una Asamblea Provincial de Cruz Roja, compuesta entonces por colectivos muy dispares: voluntarios, jóvenes del servicio militar, objetores de conciencia, personal laboral y, sobre todo, colaboradores y simpatizantes que contribuían con su esfuerzo a la importante labor social desarrollada.
Fueron años de aprendizaje, de mucho trabajo con pocos recursos y mucha imaginación pero lo que más me llamó la atención fue el grado de compromiso con la institución y con la sociedad de aquellos voluntarios que compartían generosamente su tiempo, conocimiento, experiencia y su ilusión con los más desfavorecidos.
Al finalizar esta etapa reingresé en Iberdrola, donde al poco tiempo me incorporé al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, en el que ya ha transcurrido más de la mitad de mi vida laboral y en el que también percibo ese espíritu de servicio a la sociedad, aunque en esta ocasión una sociedad más pequeña, que es la que componemos los empleados de la compañía y las personas que trabajan en nuestras instalaciones.
Actualmente, mi labor se centra en información y formación de prevención de riesgos laborales y en el impulso y lanzamiento del Programa Radar para la mejora continua de la prevención. En todas estas actividades encuentro grandes satisfacciones, especialmente por las respuestas obtenidas. Por ejemplo, cuando un empleado de Iberdrola, gracias a los conocimientos adquiridos en cursos de primeros auxilios impartidos por el Servicio Médico, realiza una intervención en su vida familiar, laboral o social y salva una vida -hecho más frecuente de lo que pensamos-, nos sentimos especialmente orgullosos del empleado y muy motivados para seguir desarrollando nuestra labor.
También en el Programa Radar, en el que se ya se han conformado más de 100 grupos de mejora continua de prevención de riesgos laborales, percibo la generosidad, el compromiso y ese espíritu de servicio del empleado, que es muy habitual ver cuando participa en situaciones adversas, como en averías producidas por tormentas, inundaciones, etc., o en las acciones de voluntariado social que potencia nuestra empresa.
Un total de 106 Grupos Radar a los que pertenecen más de 1.000 empleados que se comprometen a cuidar de su propia seguridad, la de sus compañeros y la de los trabajadores de empresas contratistas que trabajan en nuestras instalaciones avalan esta iniciativa que, junto con el resto de actuaciones, contribuye a alcanzar las importantes reducciones en accidentalidad que estamos consiguiendo año tras año.
Apostábamos sobre seguro ya que el compromiso del empleado ha sido generoso, igual que el de las jefaturas, que han propiciado la creación de estos grupos, reconociendo en el empleado al mejor experto que diagnostica situaciones de mejora, propone y tiene que liderar, en su área de intervención, las soluciones consensuadas, mejorando los resultados, en un clima de participación y reconocimiento.
En estas reuniones de lanzamiento, en las que los portavoces de los grupos exponen sus conclusiones, sus compromisos y sus acuerdos y en las que las jefaturas recogen las sugerencias y felicitan a los grupos, es cuando más orgulloso te sientes de pertenecer a este equipo humano que continuamente busca nuevas vías de mejora personal y profesional y que día a día va consiguiendo mejores resultados en seguridad y salud. Es en estos momentos en los que no puedes dejar de pensar: “merece la pena”.
