* Autor: Miguel Ángel Menéndez *
Es muy habitual escuchar en los concesionarios de automóviles o en las tiendas de electrodomésticos la pregunta de cuánto consume un vehículo. Sin embargo, esto no ocurre en el sector inmobiliario. En contadas excepciones me he encontrado con esta cuestión en las visitas de potenciales clientes a la inmobiliaria.
Pero parece que nos encontramos a las puertas de un nuevo paradigma, ya que la Directiva 2010/31/UE del Parlamento Europeo relativa a la eficiencia energética de los edificios va a cambiar nuestra percepción de lo que hasta ahora considerábamos un edificio eficiente.
Creo que el contexto mundial energético y climático va a obligar a un incremento considerable de la eficiencia energética, que nos hará mirar la crisis del petróleo de los 70 con perspectiva. Desde este punto de partida y valorando que el sector terciario supone alrededor de un tercio del consumo total de energía de nuestro país y que, de éste, más del 50% corresponde a los edificios de oficinas, aprovecho este post para contaros cómo desarrollamos desde Iberdrola Inmobiliaria el proyecto Porta Firal en Barcelona.
Porta Firal es el desarrollo terciario de promoción privada más ambicioso de la ciudad de Barcelona y albergará cuatro edificios de oficinas. Nuestro primer edificio en construcción, T3 Tower, tiene un consumo de energía final de 31,2 kWh/m2 año, un 70% menos que un edificio de referencia, y su nivel de emisiones se ha reducido hasta los 16,1 kg CO2/m2 año, casi un 75% menos que un edificio estándar. Estas mejoras han hecho que obtengamos el certificado A de alta eficiencia energética según el Real Decreto 47/2007.
¿Y cómo lo hemos conseguido? En primer lugar, a través de MIYABI-eficiencia energética en la edificación, una sociedad pública del Gobierno de Navarra con la que colaboramos para modelar el edificio con dos herramientas informáticas: Energy Plus, desarrollado por el Departamento de Energía de Estados Unidos y capaz de simular ciclos completos de vida de un edificio considerando todas las variables relevantes para su comportamiento energético, y el Calener GT, el programa oficial para certificaciones energéticas.
Para satisfacer la demanda de climatización y agua caliente del edificio optamos por un sistema de Ecoenergies. Una vez determinada la equipación para el edificio, realizamos una simulación energética. El resultado obtenido de consumo final fue que casi el 65% correspondía a iluminación y el 22% y 13% a ventilación y refrigeración, respectivamente. Son unos datos que difieren con los de un edificio estándar que registra que el 28% es consumo de iluminación, 30% de refrigeración y 20% de calefacción.
Así, nos encontrábamos con una clara necesidad de aumentar la eficiencia en la iluminación, problema al que se le sumaba el hándicap de cumplir con el requerimiento del Código Técnico, que para un edificio de nuestras características requería instalar 35,1 kWp en colectores fotovoltaicos. Teníamos que ubicarlos en cubierta a más de 92 metros de altura, con escasa superficie disponible. Teniendo en cuenta que este tipo de instalaciones en la actualidad no son rentables, emprendimos una serie de negociaciones y análisis conjuntamente con la Agencia de la Energía de Barcelona.
Enfocamos el problema por dos flancos: el tratamiento de la fachada y la eficiencia de los equipos. Los resultados fueron concluyentes: a igualdad de coste de inversión, la instalación de los paneles fotovoltaicos hubiese generado una potencia eléctrica de 79.830 kWh/año, mientras que las medidas adoptadas en este proyecto de aumentar los valores de eficiencia y mejorar los parámetros ópticos de los acristalamientos consiguen una reducción de 517.284 kWh/año, lo que representa un ahorro de energía final de 437.454 kWh/año sobre la instalación fotovoltaica.
En Iberdrola Inmobiliaria nos pusimos en marcha con este tipo de edificios con el fin de estar en línea con la apuesta tecnológica y sostenible de la matriz, Iberdrola. Así, gracias a la promoción de una construcción sostenible y la eficiencia energética, el proyecto Porta Firal, que ha obtenido la máxima certificación energética, será ya una realidad en 2013.