Como casi todas las cosas en la vida, esta también empezó por casualidad. El pasado invierno, en la guardería de mi hija solicitaron padres voluntarios para explicar a los niños «las profesiones». Nos animaban a ello porque está comprobado que en esa situación el niño percibe a su padre como un héroe, y yo quería que mi hija viviera esa experiencia. Casi todos los padres de este centro son policías o bomberos, así que para una administrativa era difícil competir con el atractivo de tales profesiones. Me puse a pensar y lo encontré: «yo trabajo en la fábrica de la luz«.
Hablé con una compañera ingeniero y amablemente me cedió su ropa de trabajo para resultar visualmente más atractiva ante los ojos de los niños, aunque lo más importante era preparar una exposición con un contenido sólido y adecuado al nivel cognitivo y comprensivo de niños de dos a tres años, todo ello sin exceder los quince minutos. Decidí orientarlo hacia la prevención, ya que si a cualquier edad es importante, aún lo es más en la etapa de la «exploración» y la curiosidad. Así que comencé a preparar fichas, carteles, fotos del exterior (el parque, la calle), del hogar (electrodomésticos, enchufes…) y material eléctrico básico.
El resultado fue increíble. La primera sorprendida fui yo misma. Los niños se mostraron como un público entregado y participativo, lo cual fue muy estimulante. En la exposición trabajamos el tema de los riesgos y los peligros, la necesidad de la prudencia y de recurrir siempre a «alguien mayor»; trabajamos también algo muy enriquecedor a esta edad, el vocabulario del hogar y del exterior, sobre todo del parque, un lugar donde ellos se relajan y juegan, pero el riesgo está presente. Además, fomentamos el bilingüismo (cada vez más demandado), ya que el vocabulario se puede trabajar en español, como lengua materna, y en inglés, aquel más básico para que lo puedan incorporar de modo práctico y natural.
Estoy agradecida a la directora del centro donde asiste mi hija (E.I.M. Mini-Poli de Valencia) por manifestar su interés en repetir la experiencia el próximo curso, así como animarme a presentarme en otros centros infantiles y ofrecer esta actividad. Seguí su consejo y me sentí muy motivada ante la favorable acogida que las directoras de las escuelas infantiles Colorins y Little Friends mostraron ante mi propuesta, reservándole ya un espacio en su programa de talleres para el próximo curso. También quiero agradecer y felicitar a ScottishPower, empresa hermana, por su estupendo programa educativo PowerWise, donde encontré parte de mi inspiración.
En realidad, todo ha sido como un regreso personal a mis orígenes formativos, los cuales marcaron en mí un definitivo interés por la educación infantil. Es por ello que me complace realizar estas charlas educativas a los niños como un servicio de voluntariado desde Iberdrola a la sociedad (RSC).
Los niños son «el futuro» y, por tanto, «nuestro futuro». Si los educamos y formamos en la responsabilidad desde los primeros y más importantes años de la vida, con el tiempo, serán ciudadanos responsables; y nosotros también podremos disfrutar del fruto de este éxito. ¿Cuál es el futuro que deseamos para todos? El mejor. La educación es la clave.