La preocupación por el cambio climático ha ido en aumento en los últimos años, pero ¿lo tenemos interiorizado en nuestra vida diaria? ¿Estamos asumiendo comportamientos responsables para intentar reducir el consumo y minimizar las emisiones de CO2?
El cambio climático nos afecta a todos por el impacto sobre nuestro entorno. Por esta razón, debería ser de vital importancia para el conjunto de la sociedad, ya que nuestra calidad de vida depende en gran medida del medio ambiente, puesto que nos provee de los elementos básicos para la supervivencia, desde la comida a las fuentes de energía. Y, ¿cómo es de importante para nosotros? Para responder a esta cuestión, solo recordar que los cambios en el medio ambiente pueden comprometer esos recursos básicos que necesitamos para vivir.
Ya hemos podido comprobar los efectos dañinos del cambio climático como, por ejemplo, el aumento de los episodios climáticos extremos en los últimos años. Con el continuo crecimiento de la población mundial –que ha pasado de cerca de 1.000 millones a más de 7.000 millones solo en los 12 últimos años-, el consumo de los recursos naturales sigue incrementándose, mientras el impacto de los cambios en los patrones de precipitaciones y en el aumento de temperatura es cada vez más frecuente, lo que puede llevar a un menor rendimiento de los cultivos y a cambios en la biodiversidad, afectando a los hábitat de nuestras fauna y flora.
El mundo se encuentra en una encrucijada y debemos buscar la manera de cuidar los recursos naturales que tenemos, utilizando de forma limitada los elementos no renovables y encaminándonos a un modo de vida más sostenible, aprovechando fuentes renovables como el viento, las olas o las mareas, entre otros. Para proteger nuestra calidad de vida, todos debemos analizar nuestras actitudes y comportamientos. En lugar de ser recordados por las generaciones futuras como la ‘sociedad de usar y tirar’, tratemos entre todos de impulsar un legado más positivo, el de la ‘sociedad sostenible’.
