Dos hermanos al mando del parque eólico de El Romeral

Gemelo-molino

* Autores: Manuel y José Luis Aguado *

Cuando nos hablan de grandes cifras sobre la energía renovable nos quedamos un poco indiferentes, porque lo que realmente nos importa es cómo un parque eólico ha podido sacar adelante un pueblo como el nuestro y cómo le ha permitido sobrevivir a la situación tan complicada de crisis que sufrimos.

Lo normal para la gente de nuestra generación en esta zona es emigrar a la gran ciudad. Lo vemos con nuestros amigos y lo veíamos para nosotros. Los pueblos son los grandes olvidados. Sin embargo, la puesta en marcha del parque de El Romeral (Toledo) nos ha permitido varios lujos, al alcance de poca gente: trabajar en nuestro pueblo, trabajar en algo que nos gusta, trabajar en la naturaleza, trabajar en familia y trabajar en algo positivo para el planeta como la energía eólica. Pero, ante todo, trabajar.

Nuestro empleo nos permite estar en un negocio con muchas perspectivas de futuro, a la vanguardia en tecnología y en constante desarrollo. Además, al ser un sector relativamente nuevo, el equipo de trabajo es muy joven y con ganas de progresar en su trabajo e innovar. Creemos que la jugada con la energía eólica es redonda.

El beneficio del parque en esta zona ha sido clarísimo porque, por un lado, ha creado puestos de trabajo directos -como el de las personas que trabajamos diariamente en el parque- y, por otro lado, ha generado beneficios indirectos para otros negocios del entorno, como los restaurantes u hoteles para el personal que viene eventualmente en épocas de mayor volumen de actividad. También se han visto beneficiadas ferreterías, librerías y pequeños talleres de los cuales nos abastecemos para comprar materiales que necesitamos en el parque.

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El trabajo de un operador de parque es bastante entretenido y nada monótono, ya que trabajamos con máquinas de última generación y todos los días se aprende algo nuevo. Además, cada mañana antes de llegar al parque no sabes qué te vas a encontrar ni el trabajo que desarrollarás en el día, ya que también depende, y mucho, de las condiciones climatológicas.

Otra de las cosas que valoramos muy positivamente de este trabajo es el entorno en el que se lleva a cabo, que nos permite estar en contacto directo con la naturaleza y esto es algo que nos gusta mucho.

En nuestro trabajo diario se pueden distinguir dos partes bastante diferenciadas: las tareas administrativas, cuando gestionamos toda la documentación y los trabajos de seguridad del parque, y, lo que más nos gusta, los trabajos en campo, donde velamos porque ‘nuestro’ parque esté en las mejores condiciones y sea lo más eficiente posible. Durante el horario laboral, uno de nosotros está en la subestación del parque para realizar el trabajo de oficina, mientras el otro operador acompaña a las distintas contratas de mantenimiento que realizan trabajos en las instalaciones para supervisar la realización de los mismos y velar por que se cumplan las normas de seguridad para minimizar al máximo los riesgos que se deriven del desarrollo de su actividad.

Fuera del horario de trabajo se establecen una serie de días de guardia en los que nos vamos turnando para tener el parque atendido permanentemente. Eso es lo  más duro y desplazarnos a altas horas de la madrugada al parque, en invierno a temperaturas muy bajas, es lo que más nos cuesta. Pero, desde luego, este trabajo compensa.

Autores: Manuel y José Luis Aguado
Bio: Nacidos en Villacañas, tenemos 31 y 28 años. Somos los operadores del parque eólico de El Romeral, que dispone de 37 aerogeneradores con una potencia total de 31,45 MW. Este parque fue construido y puesto en marcha en 2002, en los términos municipales de Romeral, Lillo y Villacañas.