En una ciudad como Riga, la capital de Letonia, las temperaturas en invierno alcanzan los 25 grados bajo cero sin estar necesariamente sometidos a ninguna ola de frío siberiano. Por eso, suministrar energía suficiente para proveer de calefacción a toda la ciudad es clave. Y ese fue el reto que me llevó en 2009 a Letonia, en donde Iberdrola lleva desde 2006 embarcada en la construcción de un ciclo combinado de 420 MW de potencia eléctrica y 274 MW de potencia térmica.
El objetivo fundamental de este ciclo combinado no sólo es la producción eléctrica -de la que es capaz de aportar el 50% de la demanda pico del país-, sino también suministrar la energía suficiente para proveer de calefacción a la ciudad de Riga, lo que supone aproximadamente un 40% de su demanda. Esta central cobra una importancia capital durante los meses de invierno, en los que las temperaturas rondan los -25 grados centígrados.
Por ello, además de la construcción de la central, Latvenergo AS -la empresa eléctrica Letona- decidió confiar a Iberdrola Generación la supervisión de la operación y mantenimiento (O&M) a través de un contrato que incluye desde la formación inicial de la plantilla, hasta la preparación de todos los manuales de O&M y la gestión de los contratos de mantenimiento sobre los equipos principales a largo plazo. De esta forma, Latvenergo deposita en nosotros la confianza de una supervisión y asesoría en una tecnología en la que Iberdrola acumula una experiencia basada en la mejora continua en sus plantas, para obtener unas garantías de disponibilidad, eficiencia y potencia sobre la totalidad de la central.
Hasta la fecha, nuestro equipo ha cumplido de forma sobresaliente con todas las disposiciones del contrato y, gracias a ello, contamos con una excelente satisfacción por parte del cliente y, en última instancia, por parte de los habitantes de Riga. La base de este éxito consiste en la integración completa hacia las necesidades de nuestro cliente, teniendo siempre en mente los grandes valores de Iberdrola, es decir: creación de valor, la mejora de la calidad de vida, la seguridad de las personas y del suministro, el cuidado del medio ambiente y la orientación al cliente.
Por todo ello, el hecho de ir a Riga para participar activamente durante tres años en este proyecto ha sido un reto y una responsabilidad muy importante para mí. Las temperaturas extremas y la complejidad de desarrollar la actividad laboral en un país tan distinto a España y con una cultura tan diferente han sido las barreras más importantes, pero también el mayor aliciente y motivación. La adaptación ha sido progresiva y de mejora constante, por lo que el traspaso de este conocimiento adquirido será fundamental para garantizar la continuidad de la gestión.
Las claves del éxito en Riga son el esfuerzo y la dedicación del grupo de personas de Iberdrola Generación desplazadas allí, así como el apoyo y el compromiso de todos los compañeros con los que se trabaja y se colabora. Todos juntos estamos consiguiendo no sólo alcanzar unas importantes cifras de negocio y una elevada satisfacción del cliente, sino también realizar positivamente unos servicios de acuerdo con los estándares de calidad del Grupo.
Mi aventura letona me ha permitido un gran desarrollo profesional por el conocimiento adquirido y por la satisfacción del trabajo bien hecho, derivado del reconocimiento que estamos teniendo por parte del cliente, algo muy especial al tratarse de un país de Europa del Este. Pero, sobre todo, siempre recordaré el proyecto en Letonia con gran cariño porque ha supuesto una experiencia personal única a todos los niveles, que recomiendo a todos aquellos que tienen la oportunidad de salir fuera de su país para trabajar.