¿Quién no ha oído hablar en los últimos tiempos sobre calentamiento global, los cambios radicales de temperaturas, el deshielo en los polos, sequías, huracanes, etcétera? Rara vez hay una semana en la que los informativos no se hacen eco de alguna noticia relacionada con el famoso fenómeno del cambio climático.
Probablemente, en la actualidad, éste sea el problema medioambiental que más inquieta a la sociedad en general, preocupada porque en abril ya no hay aguas mil o porque lo de frío en invierno y calor en verano ya no nos sirve como refrán popular.
Pero, ¿sabemos realmente qué significa esto del cambio climático? Lo que era punta de lanza en la lucha de algunas ONGs ha pasado a ser un rompecabezas para gobiernos y empresas, que se ven obligadas a dar respuesta a las preocupaciones de los ciudadanos.
¿Qué es cambio climático?
Los científicos lo explican como un incremento progresivo de la temperatura de la tierra provocado por el aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente el CO2, derivados de las actividades del ser humano.
¿Cómo se produce este calentamiento en la Tierra?
El denominado efecto invernadero es un proceso natural por el que determinados gases presentes en la atmósfera, los gases de efecto invernadero, retienen parte de la radiación que recibimos del sol, esto permite mantener unos rangos de temperatura más o menos estables. El problema aparece cuando se experimenta un incremento de esos gases, que provoca una mayor retención del calor y con ello un aumento en el termómetro.
¿Cuáles son las consecuencias del calentamiento global?
Los efectos de este proceso están provocando cambios significativos en el clima y el entorno que afectarán a esta generación y a las futuras. Así, la principal consecuencia de este fenómeno afecta al clima, al registrarse un incremento de la temperatura que a su vez está desencadenando otros efectos en la agricultura, la disponibilidad de agua, el mar, el conjunto del planeta y las distintas especies.
¿Qué está produciendo este aumento de las temperaturas?
Principalmente, el uso de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, que contienen carbono que al quemarse libera CO2 a la atmósfera. Pero hay otros gases de efecto invernadero como el metano (CH4), producido, por ejemplo, en las actividades agrícola-ganaderas; los óxidos de nitrógeno (NOx), que se emplean en fertilizantes nitrogenados o procesos industriales; los hidrofluorocarburos (HFC), que se utilizan como refrigerantes; los perfluorocarburos, usados para la producción de aluminio y en menor medida en la fabricación de semiconductores; y el hexafluoruro de azufre (SF6), que sirve como aislante en circuitos eléctricos. Por otro lado, también existen factores naturales como los cambios en la radiación solar, las erupciones volcánicas y las fluctuaciones naturales del propio sistema climático
¿Cuáles son los niveles adecuados de gases de efecto invernadero?
Estos gases se miden en partes por millón. El nivel actual de éstos en la atmósfera equivale a unas 430 ppm de CO2, frente a los 280 ppm anteriores a la revolución industrial. Los últimos estudios destacan la necesidad limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados por encima de la época preindustrial, alrededor de 550 ppm.
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