La Cuenca Mediterránea de Generación Hidráulica está de celebración, pues ayer, día 6 de octubre, la central hidroeléctrica de Lucas de Urquijo, más conocida como Salto de Víllora en el río Cabriel, cumplió 100 años.
1914 fue un año importante para la historia, ya que acontecieron los hechos que desembocarían en el comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Al mismo tiempo, en España había comenzado su andadura Hidroeléctrica Española. Fue fundada en 1907 bajo la presidencia de don Lucas de Urquijo y Urrutia, siendo director gerente de la misma don Juan de Urrutia y Zulueta, quien impulsó su creación con el objetivo inicial de construir y explotar el Salto de El Molinar en el cauce medio del río Júcar.
Este proyecto finalizaría en el año 1909, constituyendo uno de los hitos en el que situamos las raíces de la actual Iberdrola en el Levante español. Desde aquí arrancaría la primera línea de alta tensión instalada en España a 66 kV y que, con sus 250 kilómetros de longitud, estaba destinada a atender las crecientes necesidades de energía de la capital española y su flamante red de tranvías eléctricos.
A comienzos del siglo XX, la electrificación del transporte público urbano junto con el del alumbrado público y el creciente consumo doméstico e industrial de este tipo de energía más limpia y fácil de transportar, constituyeron el símbolo más claro de modernidad de las ciudades españolas, con Madrid a la cabeza.La demanda crecía exponencialmente de un año para el siguiente y las primeras “fábricas de luz”, de generación térmica de carbón en su mayoría y de marcado carácter local, no podían cubrir eficazmente las necesidades que se atisbaban en el cercano horizonte. Se precisaba un cambio tanto en la escala de la generación como en las fuentes de abastecimiento, y es así como entró en escena la producción hidroeléctrica, con proyectos a gran escala como lo fueron el ya desaparecido Salto del Molinar y el aún operativo Salto de Víllora (CH Lucas de Urquijo).
La carrera acelerada en que se convirtió el desarrollo del sistema de producción hidroeléctrica peninsular durante aquellas primeras décadas del siglo XX explican que el salto de Víllora se construyera en apenas un año. El 16 de agosto de 1913 se compra al señor Casanova la concesión del salto en el río Cabriel y en el mes de septiembre empezaron las obras, que terminaron el 27 de julio de 1914.
Como dato anecdótico que manifiesta la importancia que se otorgaba a este tipo de proyectos, baste decir que don Juan de Urrutia trabajó a pie de obra durante los últimos meses de la construcción, siendo sustituido en la Dirección de Madrid por el subdirector, Leandro de Pinedo. Tras 13 meses frenéticos de construcción y con una potencia instalada de 12 MW, fue inaugurada el 6 de octubre de 1914.
Ubicada en el término municipal de Enguídanos, esta central aprovecha las aguas provenientes de la cabecera del río Cabriel desde su presa de Víllora; al ser ésta de muy reducida capacidad se decide el mismo año construir aguas arriba la presa del Bujioso que permitirá realizar una pequeña regulación de los caudales fluyentes por el río permitiendo en aquellos años atender las puntas de demanda eléctrica.
Esta funcionalidad fue reforzada pocos años después, en 1921, con la construcción -en el afluente del Cabriel, el Guadazaón- de la presa de El Batanejo y de la central hidroeléctrica de su mismo nombre con una potencia instalada de algo más de 2 MW. Finalmente, tras la confluencia de ambos ríos, se construye el contraembalse de La Lastra, próximo al pueblo de Enguídanos, que evitará las variaciones de caudal que hubieran provocado las turbinaciones intermitentes provocadas por el salto. En la actualidad y tras la construcción de la presa de Contreras, ubicada aguas abajo, La Lastra ha quedado fuera de servicio.
Esta central sería ampliada en 1925 y 1945 con otros dos grupos generadores verticales de mayor potencia, lo que obligó a dotarla de un canal y cámara de carga adicionales que le dan el peculiar aspecto actual a su circuito hidráulico, hasta alcanzar una potencia total de unos 40 MW.
En la actualidad, la CH Lucas de Urquijo pertenece a la Unidad de Generación Mediterráneo de Generación Hidráulica y es atendida en sus necesidades de mantenimiento por el Centro de Producción Júcar. A finales de los noventa del pasado siglo fue adaptada para el telecontrol durante el desarrollo del proyecto META, siendo operada a distancia desde el año 2000, junto con otras 35 centrales de la vertiente mediterránea, desde el Centro de Operación de Cuenca Mediterráneo, ubicado en Cortes de Pallas (Valencia).
No nos cabe duda alguna de que a la decana de las centrales de Generación Mediterráneo aún le quedan muchos años de vida y muchos megavatios que entregar a nuestro sistema eléctrico, y lo hará satisfactoriamente mientras siga asistida por el equipo de personas que la atienden con gran profesionalidad, al tiempo que con el cariño y la dedicación necesarias para mantenerla en forma y siempre dispuesta a entregar su energía, que es la nuestra.
¡Felicidades Lucas! Que sigas cumpliendo años y llenándonos de orgullo.